En 1989, Álvaro Palacios compra sus primeras viñas en el Priorat, una región por entonces desconocida para el gran público. Viñas de Garnacha y Cariñena, plantadas sobre terrazas, con suelos de pizarra licorella y muchas horas de sol.
En 1993, elabora su primera cosecha de L'Ermita (100 puntos Parker en las añadas 2019, 2016 y 2013) y recibe buenísimas críticas de Robert Parker y Jancis Robinson. En este momento se convierte en el gran gurú del vino español, entrando a formar parte de los grandes vinos de España junto a Vega Sicilia y Pingus.
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