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Barón de Ley Finca Monasterio 2018 es un vino tinto de Rioja elaborado por Bodegas Baron de Ley.
Las uvas con las que se produce este tinto reserva, 80% Tempranillo y 20% de otras variedades, proceden del viñedo del Monasterio Benedictino del siglo XVI en Mendavia (Rioja Baja) que fue plantado en 1985. Esta añada 2014 de este reserva de Rioja ha tenido una crianza de 18 meses en barrica nueva de roble francés y de 6 meses en “foudres” de 10.000 litros de capacidad de roble francés, ideales para potenciar las notas frutales de este vino. Barón de Ley Finca Monasterio fue embotellado sin ser sometido a filtrados o estabilizados, por lo que puede presentar sedimentos de origen natural.
Barón de Ley Finca Monasterio 2016 obtuvo 92 puntos en Guía Peñín.
Si tiene cualquier duda, puedes comunicarte con nosotros:
Barón de Ley Finca Monasterio 2018 es un vino tinto de Rioja elaborado por Bodegas Baron de Ley.
Las uvas con las que se produce este tinto reserva, 80% Tempranillo y 20% de otras variedades, proceden del viñedo del Monasterio Benedictino del siglo XVI en Mendavia (Rioja Baja) que fue plantado en 1985. Esta añada 2014 de este reserva de Rioja ha tenido una crianza de 18 meses en barrica nueva de roble francés y de 6 meses en “foudres” de 10.000 litros de capacidad de roble francés, ideales para potenciar las notas frutales de este vino. Barón de Ley Finca Monasterio fue embotellado sin ser sometido a filtrados o estabilizados, por lo que puede presentar sedimentos de origen natural.
Barón de Ley Finca Monasterio 2016 obtuvo 92 puntos en Guía Peñín.
Si tiene cualquier duda, puedes comunicarte con nosotros:
De profundo color rojo cereza picota, aún con ribetes violáceos en el borde de la copa.
Resulta enormemente seductor en nariz, con un auténtico despliegue de frutas negras acompotadas y trazas de torrefactos y crema pastelera que evolucionan dan paso a notas más especiadas.
En boca, su gran presencia y volumen nos recuerdan su corte mediterráneo, con taninos redondos y golosos que dan vía a un final persistente y equilibrado final, con fruta y delicados tostados
De profundo color rojo cereza picota, aún con ribetes violáceos en el borde de la copa.
Resulta enormemente seductor en nariz, con un auténtico despliegue de frutas negras acompotadas y trazas de torrefactos y crema pastelera que evolucionan dan paso a notas más especiadas.
En boca, su gran presencia y volumen nos recuerdan su corte mediterráneo, con taninos redondos y golosos que dan vía a un final persistente y equilibrado final, con fruta y delicados tostados