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Lafou Els Amelers 2020 es un vino blanco elaborado por Lafou Celler bajo la Denominación de Origen Terra Alta.
Se produce con uva de la variedad Garnacha Blanca en su totalidad. El vino ha permanecido durante 7 meses en contacto con sus lías. Hay un 10% del vino que permanece en barrica de 300 litros de grano muy fino, durante 4 meses, para después, unirse al resto. Con esta medida, Joan Soler, busca obtener una extracción de taninos, para darle complejidad y estructura de cara a la guarda en botella.
Lafou Els Amelers 2018 obtuvo una puntuación de 90 en la Guía Peñín, y 90 Parker.
Si tiene cualquier duda, puedes comunicarte con nosotros:
Lafou Els Amelers 2020 es un vino blanco elaborado por Lafou Celler bajo la Denominación de Origen Terra Alta.
Se produce con uva de la variedad Garnacha Blanca en su totalidad. El vino ha permanecido durante 7 meses en contacto con sus lías. Hay un 10% del vino que permanece en barrica de 300 litros de grano muy fino, durante 4 meses, para después, unirse al resto. Con esta medida, Joan Soler, busca obtener una extracción de taninos, para darle complejidad y estructura de cara a la guarda en botella.
Lafou Els Amelers 2018 obtuvo una puntuación de 90 en la Guía Peñín, y 90 Parker.
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Amarillo pálido con tonalidad paja, de buena luminosidad.
Notas cítricas (pomelo, hueso de limón) rodeadas de flor blanca (jazmín). Lentamente aparecen aromas de fruta dulce (albaricoque) sobre un fondo de frutos secos (almendra tierna) y pedernal, que aportan sensación de volumen y complejidad en un conjunto dominado por la frescura inicial que se mantiene con el paso del tiempo.
El fluir en boca combina la gran estructura varietal con una acidez que tensa el conjunto, remarca el carácter vivo y amplía la percepción cítrica y floral, alrededor de la cual se desarrolla la potencia de la Garnacha Blanca. La generosidad y la austeridad mantienen un equilibrio elegante, potente, como se puede percibir al visitar la Terra Alta.
Amarillo pálido con tonalidad paja, de buena luminosidad.
Notas cítricas (pomelo, hueso de limón) rodeadas de flor blanca (jazmín). Lentamente aparecen aromas de fruta dulce (albaricoque) sobre un fondo de frutos secos (almendra tierna) y pedernal, que aportan sensación de volumen y complejidad en un conjunto dominado por la frescura inicial que se mantiene con el paso del tiempo.
El fluir en boca combina la gran estructura varietal con una acidez que tensa el conjunto, remarca el carácter vivo y amplía la percepción cítrica y floral, alrededor de la cual se desarrolla la potencia de la Garnacha Blanca. La generosidad y la austeridad mantienen un equilibrio elegante, potente, como se puede percibir al visitar la Terra Alta.